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Opinión

Cien años de Dagoberto Vásquez

El Maestro Dagoberto Vásquez Castañeda (2O oct 1922/21 Jun 1999) pertenece a la llamada Generación del 40 y su legado artístico abarcó la escultura, pintura, muralismo, grabado, dibujo, diseño gráfico, diseño industrial y otras especialidades que llevó a la cota más alta de su expresión. Ese grupo generacional vivió el derrocamiento del dictador Jorge Ubico junto a estudiantes, sindicalistas y maestros, en el contexto de la Revolución de Octubre de 1944, que abrió las puertas al desarrollo cultural y la modernidad. Su expresión artística rompió con los cánones prevalecientes del posimpresionismo.

CON OTRA MIRADA

El Maestro Dagoberto Vásquez Castañeda (2O oct 1922/21 Jun 1999) pertenece a la llamada Generación del 40 y su legado artístico abarcó la escultura, pintura, muralismo, grabado, dibujo, diseño gráfico, diseño industrial y otras especialidades que llevó a la cota más alta de su expresión.

Ese grupo generacional vivió el derrocamiento del dictador Jorge Ubico junto a estudiantes, sindicalistas y maestros, en el contexto de la Revolución de Octubre de 1944, que abrió las puertas al desarrollo cultural y la modernidad. Su expresión artística rompió con los cánones prevalecientes del posimpresionismo. Dagoberto, junto a su generación, hizo suyas las vanguardias modernistas impulsadas por innovadores de la vieja Europa como Picasso, Braque y Mondrian, y tomó de lleno el camino de la abstracción, producto de la beca de estudio en la Universidad de Chile, entre 1945-49.

La apertura político-cultural de los gobiernos de Arévalo y Árbenz durante la llamada Primavera Democrática coincidió con el retorno, en los años 50, de los arquitectos que introdujeron en Guatemala la arquitectura moderna y contemporánea, a la que fueron invitados los más grandes exponentes de las artes plásticas: Roberto González Goyri, Guillermo Grajeda Mena, Carlos Mérida, Efraín Recinos y Dagoberto Vásquez.

La máxima expresión urbana, arquitectónica y artística de ese período está representada en el Centro Cívico de la ciudad de Guatemala; expresión que aún está pendiente de ser concluida con la Ciudad de las Artes y las Ciencias, Estación Central, en el área del conjunto de la Estación Central del Ferrocarril, patrimonio industrial protegido por legislación nacional.

Dago para sus colegas y amigos; Don Dago para sus discípulos y alumnos, fue un personaje respetado, admirado y querido.

Más allá de su extensa actividad didáctica en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, de 1950 a 1989, Dago dio clases de dibujo en las facultades de Arquitectura de la Usac, Mariano Gálvez y Rafael Landívar. Fue en la Facultad de Arquitectura de la Usac, al ingresar en 1968, en donde lo conocí, junto a Roberto González Goyri, quienes nos introdujeron al fascinante mundo de las artes plásticas, su simbolismo y nueva forma de percibir el mundo que habíamos visto brotar durante la década anterior, en el diario transitar por la ciudad, junto a los emblemáticos edificios de la Municipalidad, Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, Crédito Hipotecario Nacional y Banco de Guatemala.

Por invitación de sus hijos Rodrigo, Antonio y Claudio, hace más de un año, me sumé a la iniciativa para conmemorar el centenario de su nacimiento. He disfrutado más de las actividades organizadas a lo largo del año de lo que he aportado, pero igual me siento ligado al festejo.

La exposición colectiva Círculos concéntricos (edificio de Correos, hasta el 17Sept), con obra de maestros, contemporáneos y discípulos, su desarrollo artístico-formativo, y el círculo familiar y taller, es una muestra delicadamente montada, bien curada cronológicamente por Guillermo Monsanto y Marvin Olivares, que permite una clara lectura del influjo internacional en aquellos que destacaron en las décadas del 50 al 70.

Me resultó grato encontrar en el Círculo de Familia y Taller el dibujo original de los murales para las estelas de la fachada oriente del Banco de Guatemala. Mural que los arquitectos responsables del diseño del Centro Cívico, en pláticas de café, siempre calificaron como los mejores del conjunto; delicadeza que será admirada, cuando sean integradas las instalaciones del ferrocarril al Centro Cívico y se termine de materializar el concepto de Corazón de Ciudad, derivado del VIII Congreso Internacional de Arquitectura Moderna.

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