Home » El poder del servicio
Opinión

El poder del servicio

Si algo ha caracterizado a nuestra sociedad moderna es el egocentrismo. Cada día hay personas amadoras   de sí mismas y en consecuencia la cultura del servicio, de la atención al prójimo ha desaparecido. Hemos sido culpables de crear nuestros propios hijos en un estado de egoísmo que cuando se les pide que compartan su habitación o su computadora o cualquier otra cosa suelen protestar diciendo que son cosas de ellos y que por favor nadie las toque. Esa sido una marca especial de esta sociedad y quizás más acentuado en los últimos años.

El verbo servir implica estar sujeto a alguien y hacer las cosas que esta persona necesite y nos demande. Este concepto nos pega duro en el orgullo por el mismo egocentrismo que hemos platicado previamente

Los primeros conceptos que deseo compartir es que el servir es un desafío. Cada vez que servimos somos desafiado a varias cosas. Una de las primeras cosas es que nos obliga a salir de nuestra zona de confort. Servir significa dejar algo agradable, por ejemplo, estar descansando en nuestra cama, estar disfrutando de unas vacaciones, etc. para poder ir y servir y atender a una persona necesitada con los talentos o recursos que nosotros tengamos. Servir es un desafío también cuando nos damos cuenta que podemos sacar cosas buenas que están dentro de nosotros que no sabíamos que teníamos. Cada vez que servimos, nos damos cuenta de qué hay recursos o propiedades dentro de nuestro ser que no sabíamos que teníamos pero que pueden ser de ayuda para muchas personas. Otra cosa del desafío a servir es que nos obliga a priorizar y organizar nuestras actividades, nuestra agenda. Dejamos de hacer cosas que no valen la pena por cosas que si vale la pena. Es decir, nos enfocamos en las cosas que son verdaderamente importantes y que nos permiten servirles a otros.

El servicio también marca la diferencia. Una empresa, por ejemplo, puede marcar la diferencia de otra empresa con su forma de servicio, con su calidad de atención al cliente. Cuando vemos prosperar a una empresa siempre debemos preguntarnos cuáles son las estrategias de servicio que ellos tienen y que las hacen diferentes a otras empresas. Lo mismo sucede con cualquier profesión, con las iglesias, con restaurantes, etc. servir hace la diferencia. Porque no es lo mismo servir y trabajar. Trabajar va de la mano como un asalariado, con alguien que simplemente hace su trabajo en una forma automatizada sin sentimientos y emociones. Pero el que sirve no sólo está trabajando, sino que, además, desde el fondo de su corazón, es decir desde su alma, está brindando una atención personalizada que hace que el cliente pueda regresar entusiasmado a consumir de nuevo a esa misma empresa. Servir entonces marca la diferencia.

Otro concepto importante resaltar, es que el servicio produce satisfacción. Debemos entender que cuando una persona encuentra el propósito de vida, no lo encuentra para usarlo de forma egoísta, sino al contrario para ayudar a otros. Todo concepto o todo trabajo que se realiza siempre está enfocado en ayudar a los demás. Y cuando ayudamos a los demás, le encontramos sentido a nuestro trabajo, a lo que hacemos y eso en todo caso nos produce satisfacción. Las Escrituras mencionan una frase muy importante que dice que es mejor dar que recibir. Debiéramos de servir, aunque sea por satisfacción propia.

El servicio también es algo agradable a Dios. Cada vez que nosotros servimos a alguien, endulzamos el corazón de Dios. El apóstol Pablo lo mencionó en este pasaje de Colosenses 3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Es decir que cada vez que servimos a nuestro prójimo estamos sirviendo a Dios. Jesús lo simplificó cuando dijo que la ley y los profetas se resumían en dos grandes mandamientos: el primero y más importante dijo es amar a Dios con todo el corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas. Y el segundo mandamiento es similar porque dice: ama a tu prójimo como a ti mismo. Se reitera entonces el concepto de qué cada vez que nosotros servimos a alguien estamos sirviendo a Dios.  Jesús lo dijo también que todo aquel que le daba un vaso de agua a uno de sus pequeños, que visitaba a los enfermos y a los presos etc., estaba sirviendo a Dios.

Así que podemos concluir que el servicio tiene varias aristas que podemos observar, pero que al final de cuentas todo servicio que se realice tiene la función de ayudar al prójimo, de ayudar al cercano que nosotros tenemos. Servir va a hacer la diferencia en este mundo, donde dejaremos nuestra vida egoísta para convertirnos más que en consumidores en productores, más que en demandantes, en ofertantes.

Agregar comentario

Haga clic aquí para publicar un comentario

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com