Los bombardeos por parte de Israel, que se intensificaron en los últimos días, han dejado a comunidades enteras en el sur del país sumidas en el caos, con personas desplazándose en busca de refugio en ciudades como Tiro y Beirut. Las fuerzas de emergencia han luchado por hacer frente al rápido aumento de personas que llegan a los centros de ayuda.
Objetivos militares y desplazamiento masivo
Al menos 20 personas, entre ellas 19 de nacionalidad siria, han muerto este jueves a causa de un bombardeo ejecutado por el Ejército de Israel contra la ciudad libanesa de Yunin, situada en el distrito de Baalbek, en el valle de la Becá, según han confirmado las autoridades de Líbano.
El nuevo balance, facilitado por el Centro de Operaciones de Emergencia del Ministerio de Sanidad a la agencia estatal libanesa de noticias, NNA, llega horas después de que la propia cartera confirmara al menos nueve fallecidos en el ataque y agrega que los equipos de rescate seguían trabajando entre los escombros para intentar localizar a otras posibles víctimas.
Por su parte, el Ejército israelí ha señalado que ha bombardeado durante la noche “aproximadamente 75 objetivos terroristas de Hezbolá en el valle de la Becá y el sur de Líbano, a lo que se han sumado posteriormente ataques en la zona fronteriza con Siria para evitar la “transferencia de armas” al partido-milicia.
Los ataques llegan después de que Washington y París reclamaran el miércoles una tregua “temporal” de 21 días entre Israel y Hezbolá, si bien el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha recalcado este mismo jueves que ha dado orden al Ejército para que continúe “con todas sus fuerzas” las operaciones contra el país vecino.
Mientras que Israel ha dirigido su ofensiva por cinco días, principalmente contra almacenes de armas y líderes de Hezbollah. En uno de los ataques recientes, el comandante Muhammed Qabisi, jefe de misiles de Hezbollah, fue asesinado, lo que se suma a la eliminación de varios altos mandos del grupo terrorista en semanas anteriores. A pesar de los esfuerzos de Israel por destruir la infraestructura militar de Hezbollah, los ataques han tenido consecuencias colaterales significativas, afectando a civiles y desplazando a miles de personas.
Familias enteras se encuentran ahora sin hogar. Fatima, una residente de la región afectada, relató su desesperada situación: “No tenemos nada, ni comida ni agua. Hemos perdido todo”. Los ataques han provocado que carreteras y autopistas, como la que conecta Sidón con Beirut, estén llenas de vehículos con personas huyendo al norte.
El impacto humanitario
En Tiro, las familias aterrorizadas llegaron al centro de emergencia mientras los aviones israelíes sobrevolaban la zona y se escuchaban los cohetes de Hezbollah dirigidos a Israel. “No nos queda nada”, nos contó Fatima, una mujer libanesa. “No tenemos comida, no tenemos agua, no tenemos nada”.
El Ministerio de Salud del Líbano informó que el número de muertos en los ataques del lunes y martes, que incluyen mujeres y niños, ha superado los 600. ACNUR condenó los ataques, afirmando que la protección de los civiles es una obligación bajo el derecho internacional humanitario.
Respuesta y desplazamiento masivo
Los ataques aéreos en el sur de Líbano continuaron durante todo el día, con explosiones constantes y sirenas de ambulancias. Hassan Dbouk, jefe de la respuesta de emergencia en Tiro, explicó que muchas personas desplazadas dormían en jardines, playas, calles e incluso en sus coches, sin acceso a tiendas, mantas o comida. Un hombre desplazado relató que su casa era la única que quedaba en pie en su aldea.
Mientras los trabajadores de emergencia luchan por ayudar a la enorme cantidad de desplazados, las fuerzas israelíes afirman estar atacando almacenes de armas, combatientes y comandantes de Hezbollah, acusando al grupo de esconderse en áreas residenciales y usar a los civiles como escudos humanos.
La estrategia israelí y el uso de Hezbollah de armas más potentes
El éxodo masivo de decenas de miles de personas desde el sur de Líbano sigue a casi un año de advertencias de Israel sobre su intención de crear una zona de amortiguación. Aunque el bombardeo continuo sobre el sur del país no parece ser una táctica deliberada para forzar este desplazamiento, es cada vez más evidente que este es el resultado.
Pese a los intensos bombardeos y la destrucción de importantes comandantes y almacenes de armamento de Hezbollah, el grupo no muestra señales de retroceder. De hecho, ha intensificado el uso de sus armas más potentes. Anoche, por primera vez, Hezbollah lanzó un misil balístico hacia los suburbios de Tel Aviv, alegando que su objetivo era un edificio del Mossad. Además, ha continuado utilizando sus cohetes de largo alcance Fadi, alcanzando áreas cada vez más profundas en Israel.
Un conflicto en aumento
El grupo, que ha sido designado como organización terrorista por países como el Reino Unido y Estados Unidos, ha vinculado sus ataques a Israel con la situación en Gaza, insistiendo en que continuará su ofensiva hasta que se logre un alto el fuego en la región. A pesar de las bajas civiles y la creciente crisis humanitaria en el sur de Líbano, Hezbollah sigue gozando de gran apoyo entre sus seguidores y aliados, como Hamas.
Con un alto el fuego en Gaza poco probable en el corto plazo, y la promesa de Israel de intensificar sus ataques contra Hezbollah, Líbano parece estar destinado a enfrentar un periodo extremadamente difícil en los próximos meses.
Hezbollah y el uso de escudos humanos
Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han acusado a Hezbollah de esconder armas en áreas residenciales y usar a los civiles libaneses como escudos humanos.
Esto ha complicado los ataques aéreos, ya que las milicias del grupo se refugian en medio de la población civil, lo que aumenta el riesgo de bajas civiles. Las fuerzas israelíes han advertido repetidamente a los civiles libaneses que evacuen sus hogares antes de los bombardeos.
Los efectos de esta ofensiva han sido devastadores. Las Naciones Unidas, a través de la UNHCR, han denunciado la muerte de dos de sus trabajadores, una joven madre y su hijo, en uno de los bombardeos en el Valle de Bekaa. Ali Basma, otro empleado de UNHCR en la oficina de Tiro, también falleció en los ataques. La ONU ha expresado su “profunda tristeza” y ha reiterado la necesidad de proteger a los civiles en el marco del derecho humanitario internacional.
La crisis humanitaria continúa agravándose, con el Ministerio de Salud del Líbano reportando más de 600 muertos, incluidos niños y mujeres, en los últimos días de bombardeos. Los desplazados se enfrentan a condiciones precarias, durmiendo en playas, jardines públicos y calles sin acceso a alimentos ni refugio adecuado.
Hezbollah sigue atacando
A pesar de las pérdidas sufridas por Hezbollah, el grupo ha intensificado su respuesta, lanzando misiles balísticos y sus cohetes de largo alcance Fadi hacia Israel, alcanzando objetivos cada vez más profundos en territorio israelí. Hezbollah ha vinculado sus ataques con la situación en Gaza, afirmando que continuará su ofensiva hasta que se logre un alto el fuego en la Franja de Gaza. Esto ha asegurado su estatus de héroe entre sus seguidores y aliados, como Hamas, a pesar del alto costo humanitario para el Líbano.
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