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Abuso sexual anual a menores es de 1.2 millones

Guatemala enfrenta una crisis alarmante con más de 1.2 millones de casos de abuso sexual infantil anuales.

En Guatemala, la violencia y abuso sexual contra menores de edad representa una crisis profunda y alarmante que afecta a la sociedad en su conjunto.

Según el Dr. Aroldo Oquendo, de la Comisión Nacional Contra el Maltrato Infantil (CONACMI), declaró que esta problemática tiene un impacto devastador, afectando según datos epidemiológicos levantados por CONACMI, haciende entre un millón y aún hasta a más de 1.2 millones de menores anualmente, lo que representa el 18% de la población infantil del país.

Estos datos, que inclusive se pueden considerar un subregistro, revelan una realidad oculta que, lamentablemente, a menudo pasa desapercibida o no se denuncia debido a factores sociales, culturales y estructurales.

Abuso sexual infantil: un problema complejo y difícil de detectar

El abuso sexual infantil es particularmente insidioso porque, a diferencia de la violencia sexual que involucra el uso de la fuerza física, los perpetradores a menudo emplean tácticas de manipulación y engaño para ganar la confianza de sus víctimas. Este tipo de abuso es difícil de identificar, ya que no siempre deja signos visibles, lo que hace que los niños y niñas afectados no comprendan plenamente lo que les ha sucedido. La falta de denuncias y la cultura del silencio agravan el problema, permitiendo que el abuso persista y se convierta en una experiencia traumática crónica para muchos menores.

Las estadísticas son alarmantes. Aunque se estima que entre 1 millón y 1.2 millones de casos de abuso sexual infantil ocurren anualmente en Guatemala, solo una fracción de casos llegan a ser denunciados o tratados en hospitales.

Pornografía infantil y la perpetuación del abuso sexual

En el ámbito de la violencia sexual contra menores, la pornografía infantil emerge como una problemática especialmente grave. La producción, distribución y consumo de material pornográfico que involucra a menores es una práctica que ha ganado terreno en redes internacionales, exponiendo a los niños y adolescentes a niveles de explotación inimaginables.

La legislación guatemalteca castiga severamente estos delitos, con penas de entre 6 y 8 años de prisión para quienes producen o distribuyen pornografía infantil, y de 2 a 5 años para aquellos que la poseen o consumen.

Un caso reciente que ilustra esta situación es el de un ciudadano estadounidense que fue condenado en Guatemala por distribuir y consumir pornografía infantil. Este caso pone en evidencia no solo la gravedad de estos delitos, sino también la necesidad urgente de reforzar las medidas de protección y prevención para salvaguardar a los menores en un entorno digital cada vez más peligroso.

SI LLEGA PORNOGRAFÍA INFANTIL A SU DISPOSITIVO USTED SE HACE COPARTICIPE DEL DELITO, A MENOS QUE LO DENUNCIE.

Las barreras para la denuncia y la necesidad de una respuesta integral

A pesar de la gravedad del problema, muchas víctimas no denuncian el abuso debido a la vergüenza, el miedo o la falta de confianza en las instituciones.

La cultura del silencio es particularmente prevalente entre los varones, quienes a menudo enfrentan mayores barreras para reportar el abuso debido a normas de género que asocian la victimización con la debilidad.

Además, la intervención suele ocurrir solo cuando los efectos del abuso se manifiestan físicamente, como en el caso de embarazos o infecciones de transmisión sexual, lo que refleja la falta de un sistema de detección y apoyo adecuado.

A nivel global, UNICEF estima que al menos 120 millones de niñas han sido obligadas a realizar actos sexuales, aunque se cree que la cifra real es mucho mayor. En Guatemala, esta realidad se agrava por la falta de un sistema de protección infantil robusto, y las denuncias solo emergen en casos extremos, como cuando las víctimas resultan embarazadas o contraen enfermedades de transmisión sexual​(UNICEF, OHCHR).

A pesar de los esfuerzos legales para combatirlo, la prevalencia de estos crímenes sigue siendo alta, afectando gravemente a la infancia guatemalteca​.

¿QUE HACER?

Si ha sido víctima de alguno de los delitos de violencia sexual o conoce a alguien que lo ha sido: Se debe hacer la denuncia para iniciar un proceso penal en contra del agresor, puedes llamar a los números de teléfono:

MP: 2411 9191PDH: 2424 1717
PNC: 110

Si el hecho es tipificable como violación y acaba de suceder:

  • Se debe acudir inmediatamente al Hospital o Centro de Salud más cercano, preferentemente dentro de las primeras 72 horas de ocurrido el hecho. En hospitales nacionales habrá personal debidamente capacitado para atender la emergencia, siguiendo dos rutas interinstitucionales de atención a víctimas de violencia sexual y/o maltrato, específicamente implementadas y monitoreadas anualmente por SVET.
  • Las denuncias pueden colocarse en los hospitales, fiscalías del MP o  agencias fiscales dentro de los hospitales que atiendan a víctimas de violencia sexual.
  • En los hospitales se le deberá proporcionar a la víctima un kit de emergencia obligatoriamente, el cual contiene medicamentos para evitar enfermedades de transmisión sexual y anticonceptivas de emergencia.
  • Se recomienda que la víctima no se bañe ni lave sus partes íntimas, y que no deseche sus prendas ya que todas ellas podrán servir como evidencia.

Si la violación sucedió tiempo atrás, es importante conocer que los procesos penales pueden ser iniciados con denuncia, que existe el derecho de acudir a tribunales y la obligación social de denunciar para detener a los agresores de violentar a otras posibles víctimas. Para el efecto, se pueden realizar las denuncias respectivas y es importante que las víctimas se realicen exámenes médicos de rutina para descartar cualquier enfermedad de transmisión sexual como VIH/SIDA, la sífilis y la gonorrea.

SEGÚN UNICEF, ¿Qué es el abuso sexual?

El abuso sexual infantil está mediado por una relación desigual de poder, que implica a un niño, niña o adolescente como víctima y a una persona adulta o coetánea como agresora. Se trata de un problema social, de salud y de violación de los derechos de la niñez. Afecta, especialmente, el derecho a decidir sobre su cuerpo y sexualidad; el derecho a que sea respetada la privacidad e intimidad y el derecho a vivir libre de violencias.

Entre las prácticas de abuso sexual infantil más frecuentes están: 

  • Exhibir los genitales delante de niñas, niños o adolescentes con el fin de excitarse sexualmente.
  • Observar a niñas, niños o adolescentes cuando están vistiéndose, desvistiéndose o cuando están en el baño.
  • Tocar, besar y acariciar con fines sexuales a niñas, niños o adolescentes.
  • Realizar insinuaciones verbales con contenido sexual reiterado.
  • Forzarles a ver imágenes o películas pornográficas.
  • Propiciar y obligar a niñas, niños o adolescentes a la realización de prácticas sexuales.
  • Utilizar a niñas, niños o adolescentes en la comercialización o explotación sexual, prostitución infantil o pornografía.

No existe un perfil de la persona agresora (puede ser una adulta o no; del entorno familiar o cercano, incluso, alguien desconocido). Las estrategias que utilizan pueden incluir la fuerza física, la presión psicológica, el engaño, el empleo de sobornos, regalos y exigirles guardar secretos.

Qué hacer ante sospecha de abuso sexual infantil creer proteger

¿Qué hacer para evitar estas situaciones?

Es esencial promover el autoconocimiento de los niños, niñas y adolescentes, del cuerpo y sus distintas partes, incluyendo las privadas; que sepan nombrarlas de manera adecuada.

Les ayudará saber distinguir los tipos de caricias, las emociones y sentimientos que provocan: vergüenza, alegría, angustia, temor, agrado, desagrado y placer. En la medida que reconozcan aquellas cuestiones que son placenteras, podrán evitar las que les generan displacer.

También deben reconocer la diferencia entre los secretos “buenos” (producen alegría y se guardan para darle una sorpresa a alguien o agradarle) y los “malos” (causan malestar, inquietud, miedo, culpa, y no se deben guardar).

Brindarles seguridad en sí mismos, en sí mismas y animarles a decir ¡NO! cuando algo les desagrade, les genere malestar y no lo deseen, son medidas para evitar situaciones que les puedan exponer a la violencia.

Es importante ampliar el conocimiento de sus derechos y el desarrollo de habilidades para hacerlos valer y tomar decisiones responsables con relación a su salud sexual y su bienestar general, teniendo en cuenta el nivel de madurez y las capacidades que posean.

La comunicación es otro elemento central para abordar tanto los temas relativos a la sexualidad, como otros relacionados con la cotidianidad del niño y la niña. Crear un clima de confianza para aclarar sus preocupaciones sin temor a represalias y hacerles saber que pueden recurrir a personas de confianza (madres, padres, otros familiares, docentes, personal médico, trabajadores sociales…) en caso de que lo necesiten, les preparará para buscar ayuda.

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Mídete ante el abuso sexual infantil

Evalúa tus prácticas para prevenir y responder ante el abuso sexual infantil. Otorga un punto a cada respuesta positiva: 

-Prestas atención a las señales que identificas en el niño, niña o adolescentes a tu cuidado, que puedan indicar malestar o que algo no está bien.

-Asumes pautas de crianza no sexistas, para evitar comportamientos, roles y estereotipos tradicionales, que sostienen las inequidades y violencias basadas en género.

-Respetas a las niñas, niños y adolescentes como sujetos de derechos y procuras que puedan conocer y hacer valer sus derechos.

-Reconoces los mitos que existen en torno a la violencia sexual (por ejemplo, que quien abusa está enfermo o es una persona desconocida; que los niños no son abusados sexualmente; que si la familia conoce un caso de violencia sexual de inmediato lo denuncia…) y tratas de deconstruirlos.

-Propicias un clima de confianza y buena comunicación habitualmente con la niña, el niño o adolescente a tu cargo. Le escuchas activamente, mostrando interés por lo que relata y sin interrumpirle.

-Le aclaras sus dudas o temores y le haces saber que siempre puede contar contigo.

-Consideras importante hablar con niñas, niños y adolescentes sobre las partes del cuerpo (incluso las íntimas) y de la sexualidad.

-Le ofreces herramientas para una comunicación asertiva, de modo que puedan decir no a una proposición que les genera desagrado, malestar y miedo.

-Evitas revictimizar o hacer sentir culpable al niño, niña o adolescente de lo sucedido.

-Ayudas a reforzar la autoestima de la víctima frente a sentimientos de minusvalía, la estigmatización o pérdida.

-En dependencia de la situación sugieres la ruta a seguir o realizas la denuncia del caso de abuso sexual. También puedes recomendar acudir a servicios profesionales (de salud, jurídicos, psicológicos).

¡Revisa ahora tus respuestas!

– Educo, amo y convives sin violencia: felicidades si lograste sumar 10 u 11 puntos, es una señal de que contribuyes a prevenir y actuar ante el abuso sexual infantil.

– Tengo que hacer ajustes: si tu cuenta está entre 5 y 9 puntos valora qué debes incorporar en tus prácticas cotidianas educativas o de crianza para cerrarle el paso a la violencia sexual.

– Tengo que medirme: si la suma es igual o menor a 5 puntos repasa cada una de las recomendaciones que compartimos y anímate a hacer los ajustes necesarios para que puedas brindarle mayor seguridad y protección ante el abuso sexual infantil a las niñas, niños o adolescentes de tu entorno.

1 comentario

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  • Entonces… eso implica que, si bien existe un registro, este no está completo, y si el subregistro marca moderadamente 1 millon de menores, entonces en 17 años, la probabilidad de que los niños y niñas sean víctimas de acoso sexual o inclusive de abuso sexual es del 96%? … digo si solo llegamos a 7 millones de niños y en 17 años que viven, cada año sufre abuso 1 millon de niños, entonces antes de llegar a la mayoría de edad, serán 17 millones de niños con este tipo de experiencias nefastas los afectados… ES CASI 2 NIÑOS O NIÑAS DE CADA 10 POR AÑO, eso implicaque en 5 años se nos acaban los niños, lo que infiere que muchos niños vuelven a ser víctimas… WOOOW

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